RETO UNIVERSAL - CULTURA ENERGÉTICA
Publicado el 26 de julio de 2016
Muchos en esta sociedad no tienen ningún problema con la falta de conocimiento y comprensión de la ciencia, la ingeniería y la energía, pero piensan que la gente es ignorante si no sabe sobre literatura clásica.
En esto se basa un problema fundamental. Si vamos a enfrentarnos a los retos del cambio climático y abastecimiento de energía, necesitamos que la sociedad en su conjunto comprenda mejor los problemas, retos y soluciones.
En este punto podría decir que necesitamos tener los problemas energéticos más arriba en el plan de estudios nacional con una serie de medidas que otros necesitan tomar. Sin embargo, ¿necesitamos verlo desde el punto de vista de lo que están haciendo los profesionales de la energía para mejorar los niveles “cultura energética”?
En un nivel necesitamos ver, igual que muchos implicados en la ciencia y la ingeniería, cómo comunicamos el tema a otras personas. ¿Utilizamos un lenguaje lleno de términos complejos, jerga y otros mecanismos que limitan la comprensión?
¿Cómo de bien construimos analogías y explicaciones simples?
Fuera de mi jornada laboral, me he convertido en Embajador CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, STEM). En ello trabajo con escuelas para apoyar las asignaturas CTIM.
Este año he estado encantado de apoyar al equipo de chicas del instituto Bredon, que estuvieron en la final del Desafío CTIM de BP. Su proyecto consistía en la construcción de aislamiento y diseño, y el nivel de entusiasmo era fantástico. En parte esto se debía a que estaban aprendiendo a través de la experimentación.
También entendieron cómo el desafío que se les ofrecía estaba relacionado con el futuro. Además, no se sentían sobrecargadas con el marco de aprendizaje “académico” normal. Era un pequeño grupo de chicas trabajando en esto fuera de las horas normales de clase, así que estaban comprometidas. Para mí, un reto clave era ser capaz de apoyarlas sin degradar de forma no intencionada lo que habían hecho por estar demasiado afectado por la ciencia pura. (Llegar a la final era un gran logro del que podían sentirse orgullosas).
Volviendo más allá a la educación, mi mujer Anne lleva un proyecto de lectura con una escuela local. Si los niños tienen dificultad para leer, no pueden progresar en ninguna asignatura. Lo siguiente que necesitan es aritmética, y de ahí podemos pasar a la cultura científica. Hay muchas oportunidades para los profesionales para trabajar con niños, pero pasarán muchos años antes de que los resultados puedan influir en lo que está ocurriendo.
Todavía necesitamos dedicarnos a los problemas de extender la “cultura energética”, desde cosas simples como la diferencia entre kW y kWh, a problemas más complejos como el suministro de energía y la seguridad tanto en el lugar de trabajo como para el público general.
Una vez dicho esto, es gracioso cómo mucha gente sin conocimientos sobre la energía puede hablar con certeza sobre temas como la energía eólica.
Mi conclusión es que necesitamos ser conscientes de la falta de “cultura energética”, los riesgos a largo plazo que presenta y de las acciones que podemos llevar a cabo. Para muchos, eso significará aprender mejores formas de comunicación hacia “no profesionales de la energía”.
John Pooley